Tenebrae: Liturgy of the Shadows – Oficio de Tinieblas (Bilingual)

Wednesday March 27th 2024 at

Bronx

Liturgy of the Shadows – Oficio de Tinieblas

 

Concerning the Service

The name Tenebrae (the Latin word for “darkness” or “shadows”) has for centuries been applied to the ancient monastic night and early morning services (Matins and Lauds) of the last three days of Holy Week, which in medieval times came to be celebrated on the preceding evenings.

 

Apart from the chant of the Lamentations (in which each verse is introduced by a letter of the Hebrew alphabet), the most conspicuous feature of the service is the gradual extinguishing of candles and other lights in the church until only a single candle, considered a symbol of our lord, remains. Toward the end of the service this candle is hidden, typifying the apparent victory of the forces of evil. At the very end, a loud noise is made, symbolizing the earthquake at the time of the resurrection (Matthew 28:2), the hidden candle is restored to its place, and by its light all depart in silence.

 

In this book, provision is made for Tenebrae on Wednesday evening only, in order that the proper liturgies of Maundy Thursday and Good Friday may find their place as the principal services of those days. By drawing upon material from each of the former three offices of Tenebrae, this service provides an extended meditation upon, and a prelude to, the events in our Lord’s life between the Last Supper and the Resurrection.

 

Each group of lessons is announced only at the beginning, as indicated in the text. The usual concluding formula is omitted. 

 

The successive letters of the Hebrew alphabet, prefixed to the verses of the readings from Lamentations, are an integral part of the traditional chant, and should not be omitted when these lessons are sung. (In the Hebrew original, each verse begins with the letter indicated.) 

 

If the responsories after the lessons are recited rather than sung, the congregation reads the parts in italics. In musical settings the responsories may be sung in full by the choir or by all; the verse [V.] may be sung by a solo voice. The repetition of the first part of the text in Responsories 3, 6, and 9 is intended for use in musical settings only.

 

There should be no musical prelude or postlude at this service, nor should a processional cross or torches be carried, or hymns sung, or sermons preached.

 

The ministers, servers, and choir vest in the manner customary for choir offices. The officiant may wear a tippet over the surplice.

 

Lo Concerniente al Rito 

El nombre de Oficio de Tinieblas (Tenebrae en latín) se le ha dado durante siglos a los antiguos oficios monásticos matutinos y vespertinos (maitines y laudes) de los últimos tres días de la Semana Santa, que en la época medieval llegaron a celebrarse en las noches precedentes. 

 

Además del canto de las Lamentaciones (en el que cada versículo comienza por una letra del alfabeto hebreo), el rasgo más notable del oficio es la extinción gradual de las velas y otras luces en la iglesia hasta que queda una sola vela encendida, que se considera un símbolo de nuestro Señor. Hacia el final de oficio, esta vela se esconde, lo cual tipifica la aparente victoria de las fuerzas del mal. Al final se hace un estruendo, que simboliza el terremoto en el momento de la resurrección (Mateo 28:2), la vela encendida es devuelta a su sitio y, a su luz, todos se marchan en silencio. 

 

En este libro, sólo se contempla el Oficio de Tinieblas para la noche del Miércoles Santo, de manera que las liturgias propias del Jueves Santo y Viernes Santo puedan tener lugar como los oficios principales de esos días. A partir de elementos tomados de cada uno de los antiguos oficios de tinieblas, este rito ofrece una extensa meditación y preludio a los eventos de la vida de nuestro Señor entre la Última Cena y la Resurrección. 

 

Cada conjunto de lecturas se anuncia sólo al comienzo, como se indica en el
texto. Se omite la conclusión tradicional.

 

Las letras sucesivas del alfabeto hebreo, prefijadas a los versículos de las lecturas de Lamentaciones, son parte integrante del cántico tradicional, y no deben omitirse cuando estas lecturas se cantan (en el original hebreo, cada versículo comienza con la letra indicada).

 

Si los responsorios después de las lecturas se rezan en lugar de cantarse, la congregación lee las partes que aparecen en cursiva. En versiones musicales los responsorios pueden ser cantados por el coro o por todos los presentes; el versículo [V] puede cantarlo un solista. La repetición de la primera parte del texto en los responsorios 3,6 y 9 se supone que sólo sea para usarse en versiones musicales.

 

No debe haber ningún preludio o postludio en este oficio, ni debe llevarse una cruz procesional con hachones, como tampoco se cantan himnos ni se predica.

 

Los ministros, acólitos y miembros del coro se revisten de la manera acostumbrada para los oficios corales. El(La) Presidente puede llevar una esclavina encima del sobrepelliz.